martes, 29 de noviembre de 2011

Se ha torcido el día

Pues sí, hoy ha sido uno de esos días en los que todo ha salido al revés. Ni bien, ni mal... Simplemente no ha salido nada a derechas, todo del revés, todo lo planeado, organizado y planificado a la mierda, viva la anarquía.
Hay días a los que se les ve venir, hay algo especial en el aire que te lo va mostrando y es que cuando el día se tuerce no hay forma de enderezarlo.
Esta mañana bien temprano en la oficina, se olia en el ambiente, no era ese olor a humedad, no, tampoco olía a polución, no, olia a desastre. Lo ves venir y no sabes como esquivarlo, así que de frente a por él.
Un mail, una llamada y ya van 2 desastres, mira a tus compañeros de oficina y sus caras delatan el rumbo que está tomando el día. Se va impregnando todo.
Desde primera hora el día se va torciendo al igual que el árbol que está camino del cole de tus hijos y que como no tengas cuidado te das con la rama en la cabeza.
Cuando llega la hora de la comida, no tienes ni hambre, si van 15 los marrones que te has comido, como vas a tener hambre.
Despues de la comida la gran traca final, menudo  embolao te toca lidiar, y de embolao nada este toro tiene los cuernos bien astifinos. Miras a un lado, miras a otro y no sabes por donde te viene, ¿pero este día no se acaba?
Se finaliza todo vas recogiendo y ahí viene, ya llega, la última llamada, la atiendo o no, y piensas pero ya no puede ser peor, la atiendes y zas, de lleno, pleno al 15. Todo lo sucedido durante el día te parece un juego de niños, te vuelves a sentar, piensas, pides apoyo, solucionas y te dices:
.- Joderrr, que diita.
Camino de casa, cabizbajo, agotado... tan sólo desea que este día no se convierta en el Día de la Marmota, Nooo.
Lo único que te salva es saber que mañana será otro día y que el sol volverá a salir.



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